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¿CUÁNDO AYUDAMOS?

* El priemer modelo que trató de explicar cuándo ayudamos a los demás surgió de las investigaciones realizadas tras el incident de Kitty Genovese. Se trata del modelo de decisión sobre la intervención en emergencias, desarrollado por Latané y Darley (1970). Según estos autores, en el caso de Kitty Genovese los vecinos podrían haber pensado que alguien había llamado al servicio de emrgencias y por eso no lo hicieron.
Como consecuencia de estos resultados, Latané y Darley (1970) elaboraron un modelo que proponía que el hecho de que una persona ayude o no depende de una serie de decisiones, que incluyen reconocer que algo pasa y que las situación requiere que alguien ayude, tomas la responsabilidad personal de ayudar, considerarse capaz y decidir como hacerlo.

Bibb Latané


















* El segundo modelo que trata de explicar cuándo ayudamos a los demás (o cuándo no lo hacemos) es el de activación y coste-recompensa (Dovidio et al. 1991; Piliavin, Dovidio, Gaerther y Clark, 1981).
Según el modelo, las personas están motivas para maximizar sus recompensas y minimizar sus costes. Primaría el propio interés y, ante una situación en la que alguien requiere ayuda, analizarían el contexto antes de decidir, sopesarían  los costes y las recompensas y tomarían la decisión que mejor satisficiera sus intereses personales. Ayudaría si los beneficios (recompensas menos costes) de ayudar son mayores que los de no ayudar, aunque esto no explica todas  las situaciones, por ejemplo, las ocasiones que requieren uns decisión rápida. Es posible que los costes de no ayudar sean mayores que los de realizar la ayuda (los demás podrían formarse una mala imagen de nosotros, por ejemplo´). Por otra parte, cuando pensemos que nuestra capacidad para realizar la ayuda es alta, consideraremos que los costes de ayudar son bajos y será más probable que ayudemos.
Fue con estas premisas con las que Piliavin y colaboradores (1981) y Dovidio y colaboradores (1991) elaboraron su modelo sobre cómo la realción entre costes y beneficios lleva a la persona a ayudar o a no hacerlo. El objetivo del modelo de activación y coste-recompensa es predecir si una persona ayudará o no y cómo ayudarían en caso de hacerlo.
Para que se produzca la ayuda,
  • En primer lugar la persona tiene que sentirse activada al conocer el problema de otro, e interpretar esa activación desagradable como debida a eso y no a otra razón. La consecuencia de esa interpretación es que sólo ayudando al otro podrá reducirse el malestar que nos provoca su problema.
  • La segunda parte del modelo recoge el tipo de respuesta que dará el observador en función de su percepcìón de los costes de ayudar (bajos o altos) frente a los de no hacerlo (bajos o altos). Las combinaciones posibles se reflejan en la siguiente tabla.


LA AYUDA DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL QUE LA NECESITA

Para saber hasta qué punto las personas desean que otros les ayuden es necesario diferenciar entre la ayuda que se pide y la que se recibe sin solicitarla.
Respecto a la ayuda que se pide, según Nadler (1991), que a una persona decida o no pedir ayuda depende de:
  • (1) características personales, como edad, género, personalidad, etc. A los hombres les cuesta más pedir ayuda que a las mujeres, las personas tímidas se resisten a pedir ayuda a alguien del sexo contrario, los jóvenes piden ayuda a los mayores, y las personas de clase alta piden ayuda más que las de clase baja.
  • (2)  la naturaleza del problema y el tipo de ayuda que se necesita. Si el problema de una persona está directamente relacionado con su imagen personal y social, será menos probable que solicite ayuda a otros. por otra parte, el no poder devolver el favor al otro cuando creemos que se espera de nosotros que lo hagamos es un factor disuasorio a la hora de pedir ayuda.
  • (3)  las caraterísticas del posible donante de la ayuda. Se suele acudir a paersonas semejantes en lugar de a quienes consideramos muy diferentes. sin embargo, hay autores que defienden que pedir algo a alguien que es diferente es bueno porque supone que tiene algo que a uno le falta.
Aunque hay personas que necesitan ayudar a otros para sentirse bien, no todos los comportamientos de ayuda son positivos para el que los recibe. En ocasiones se puede reaccionar de forma negativa,

  • especialmente cuando se percibe una amenaza a la autoestima,
  • cuando existen unos costes excesivos para agradecer dicha ayuda (recordemos la norma de reciprocidad), 
  • cuando la ayuda provoca una sensación de pérdida de libertad en quien la recibe.

Varías teorías tratan de explicar la causa de estas reacciones negativas.
De acuerdo con la teoría de la atribución,
  • Las personas están motivadas para buscar una explicación de por qué necesitan ayuda y por qué otros se la ofrecen. Mantendrán una autestima positiva si son capaces de atribuir su necesidad de ayuda a causas externas o incontrolables más que a deficiencias personales (Fisher, Nadler y Whitcher-Alagna, 1982; Tessler y Schwart, 1972).
  • También es importante la atribución que se hace sobre la conducta de las personas que ayudan: si creemos que nos ayudan por buena voluntad o que lo que hacen pensando en que somos incompetentes. El efecto sobre la autoestima es la persona que recibe la ayuda fue esquematizado por baron y Byrne (1998) y se presenta en la siguiente figura.



Los costes del agradecimiento pueden explicarse desde la teoría del intercambio social.
  • Las reacciones a la recepción de ayuda reflejan los beneficios de recibirla,
  • pero también los costes de aceptarla.
  • Cuando la ayuda es en una sola dirección puede crear una sensación de diferencia de poder. Por este motivo, las personas están más dispuestas a pedir ayuda cuando piensasn que podrán devolver el favor (Fisher et al., 1982).
  • Pero si no pueden o no quieren devolverlo, tratarán de evitar que les ayuden o reaccionarán de manera negativa, actuando, por tanto, en consonancia con la norma de reciprocidad.
  • Recibir ayuda sin quererlo también puede producir pérdida de libertad, y esto se ve explicado por la teoría de la reactancia. Las personas quieren maximizar su libertad personal de elección. Es posible que un receptor de ayuda crea que está perdiendo parte de su libertad, por ejemplo, porque le gustaría pedir ayuda a otro que cree solventaría mejor su problema.
  • También el hecho de quedar obligado a corresponder a la ayuda recibida puede provocar un sentimiento de pérdida de libertad. Como consecuencia se pueden producir sentimientos de hostilidad hacia los que proporcionan la ayuda (Gross, Wallston y Piliavin, 1979)
Ayudar a otros es una conducta positivamente valorada en la mayoría de las sociedades. Sin embargo, ser dependiente de la ayuda de los demás está considerado menos favorable. Para evitar esa amenaza algunas personas pueden renunciar a la idea de buscar ayuda.
En el contexto intergrupal,
  • la relación de poder entre los grupos es una variable crucial.
Nadler (2002) presentó un modelo de las relaciones intergrupales de ayuda como relaciones de poder basándose en dos premisas.
  • La primera es la teoría de la identidad social (Ellermers, Spears y Doosje, 1999; Tajfel, 1978).

Basándosnos en esa teoría, cualquier información que hiciera sentir a los mienbros de un grupo que sin inferiores a los de otro supondría una amenaza para su identidad.
  • La segunda premisa del modelo de Nadler (2002) es que las relaciones de ayuda están influenciadas por las relaciones de poder.
Según esto, los miembros de un grupo de estatus alto ayudarían a los de uno de status bajo, no llevados por motivacìón altruista, sino para mantener su ventaja social. Sería una forma de demostrarles que realmente son superiores a ellos. Si los miembros del grupo de estatus más bajo aceptan la ayuda, podrían estar reconociendo su inferioridad.

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